1988 | La ley de Dios
La ley de Dios es que Él apoye a sus mensajeros y a todos los creyentes aquí en la tierra como en la Última Vida. Aquellos que tienen fe y que hacen buenas obras y no aquellos que se retiran del esfuerzo, mientras sueñan con un milagroso refuerzo divino. Porque este refuerzo que no se puede dar a los perezosos está dedicado a aquellos que se arremangan, despliegan todos sus esfuerzos, muestran planificación, lideran todos los preparativos, movilizan todos los recursos de los soldados de Dios y manejan la larga lucha con los medios necesarios. Solo a través del respeto de las leyes divinas que gobiernan el universo y comandan la historia, además de mostrar la abnegación por la causa de Dios, aferrándose a la invocación y a la oración, se puede lograr el triunfo milagroso.