Al-Ihsān (Bello-obrar), no es un concepto de connotación general que se pueda reducir a lo que indica lingüísticamente, sino que es el gran propósito y el anhelo de los que gozan de una fuerte voluntad. Constituye el tercer grado después del sometimiento a Dios (Islam) y de la fé (Iman), más alto que los dos, aunque en base a ellos, no flotando. No hay sometimiento a Dios sin fe, ni bello-obrar sin fe.

La solicitud de equidad encabeza todas las reivindicaciones dentro de los programas políticos serios; y la equidad que Dios ha decretado –establecerla y preparar su implantación- es lo más importante que puede anhelar la comunidad musulmana (Umma), y es lo que los diferentes componentes de la comunidad oprimida en la tierra, deben procurar realizar.

El collar de tu fe ¡oh creyente, libre, a causa de la idolatría extrínseca e intrínseca, se esparce; y la llama de tu fe se apaga y desaparece si lo que pasa por tu mente, siente tu corazón y adoran todos tus sentidos, no se ensarta en un filamento luminoso que alumbre la oscuridad y te eleve de los abismos inhumanos a la pureza de la soberanía.

El mensaje del islam, siendo un método completo, constituye un proyecto de cambio que atañe al ser humano, a la sociedad y al mundo. Educar es “superar obstáculos”, una expresión coránica que es el eje de la cuestión del Esfuerzo en su totalidad. Vencer los obstáculos hacia Dios, es la trayectoria que recorre el siervo con una voluntad deseosa de Dios, y la Yama’a que se Esfuerza. La recorre hacia la promesa de Dios, atravesando las moradas de la falsedad amordazadora y mal forzado. Su trayectoria es superación, perseverancia, Esfuerzo y honestidad.